viernes, 25 de junio de 2021

El terror del escritor

    Había una pequeña niña que siempre soñó con escribir relatos de terror.

    Fue creciendo y sin darse cuenta sufría la mayor historia de terror que podía imaginar. La vida fue pasando ante sus ojos y el tiempo se comenzó a escapar entre sus dedos como finos granos de arena en un reloj que nunca paraba. Antes de darse cuenta había aparcado su sueño por un trabajo con contrato fijo. Algunas noches sentía la ansiedad y la pena por no luchar por él.

    Un día decidió plantarle cara a la vida. Cogió una libreta y se fue a caminar por el campo para inspirarse. Se sentó bajo un árbol y trató de inspirarse en lo que veía, pero el ruido de unos pájaros la distarían. Comenzó de nuevo a andar y finalmente encontró un tronco donde sentarse a inspirarse. Pasado un pequeño rato comenzó a notar que el tronco estaba lleno de hormigas y estaban mordiéndole. Se levantó y sacudió rápidamente y de nuevo, prosiguió su marcha. Siguió andando y acabó tropezando con un árbol. Parece que no paraban de pasarle desgracias (pensó para sí misma). Absorta en sus pensamientos, se fue adentrando más y más en el bosque.

    Garabateó una serie de ideas inconexas en su libreta y finalmente decidió volver a casa. Rendirse con la escritura iba a ser mucho más sencillo. ¿De dónde iba a poder sacar ideas para un buen relato de terror?

    De pronto, se dio cuenta de que no tenía ni idea de donde se encontraba. Cogió su móvil y se dio cuenta de que se había quedado sin batería. No sabía tenía idea de la hora ni de donde se encontraba. Nadie sabía que se encontraba allí. Comenzó a mirar a su alrededor buscando algo que le sonara para volver tras sus pasos, pero no tuvo suerte.

    La noche fue cayendo sobre ella, envolviéndola lentamente con su frío y su oscuridad. Los ruidos del bosque que antes parecían apacibles se volvían más y más tenebrosos. Se planteó quedarse en el sitio donde se encontraba y esperar a que hubiera luz para tratar de buscar el camino, pero algo hizo que descartara ese plan. Escuchó un ruido en el bosque, un ruido como el algo rascando la tierra. Ese sonido parecía acercarse lenta e inexorablemente. No lograba relacionar ese sonido con nada que conociera y de pronto, algo se activó en su interior. Los animales normalmente huyen de las personas, ¿qué podía ser eso que se iba acercando hacia ella? Comenzó a imaginar terribles monstruos, con cuerpos deformes que se arrastraban lentamente hacia ella. Se le heló la sangre y sintió que las piernas no le reaccionaban.

    El instinto de supervivencia tomó el control y con una descarga de adrenalina comenzó a correr por el bosque sin tener muy claro hacia donde se dirigía. Lo único importante era alejarse de ese sonido. Finalmente tuvo que aminorar la marcha cuando se encontró con un rio en mitad de su camino. No recordaba haber visto este rio antes, pero eso ahora no era lo más importante. Escuchó atentamente para ver si ese ruido seguía escuchándose. Se sobresaltó cuando notó que ese ruido estaba mucho más cerca que al principio.

    Cruzó como pudo el rio esperando dejar atrás a su perseguidor. Se imaginó que el monstruo tenía tentáculos y se iba sujetando con las ramas para avanzar cada vez más rápido. De ser así, sortearía el río sin problemas. Corrió sin mirar atrás. Mirar atrás significaba una posible muerte a manos de alguna bestia terrible que se escapaba a cualquier cosa que pudiera imaginar.

    Corrió sin descanso para lo que ella notó como horas, finalmente vio la salida del bosque y sin mirar atrás continuó corriendo hasta que llegó a la seguridad de su hogar.

    Allí finalmente podía respirar tranquila. Si había algo allí, estaba segura de que no la seguiría hasta su casa. Se quitó la ropa llena de barro y suciedad y se dirigió a tomar una ducha. Cuando salió tomo su ordenador y comenzó a escribir sobre ese monstruo que le había perseguido.

    Las ideas brotaban empujadas por el terror que aún sentía en el cuerpo. La adrenalina aún no había descendido ni un ápice. Quizás esa criatura se encontraba ahí fuera, esperándola, acechándola…

    Escribió sin descanso durante horas y horas. Sus dedos danzaban velozmente sobre las teclas del ordenador escribiendo con una locura insana, empujados por el miedo. No podía dormir, no debía dormir. Si dormía, quizás la bestia vendría y acabaría con ella.

    Finalmente completó la historia que tanto había anhelado. Comenzó a leerla y sintió que ella no la había escrito. Recordaba haber estado escribiendo, pero pareciera como si lo escribió en algún tipo de trance. La historia era terrorífica y un escalofrío recorrió su espalda. Reunió el coraje que le quedaba y lo colgó en una página donde la gente podía leer sus trabajos y se sentó a mirar la pantalla del ordenador.

    Allí se quedó esperando, sufriendo el mayor terror que podría imaginar. Viendo su libro en a disposición del mundo y que absolutamente nadie le daba una oportunidad. Y con ese miedo como bandera, se dispuso a escribir otro. Notaba un nudo en el estómago y presión en el pecho, pero decidió que ese miedo sería su musa.

    En ese momento lo supo, no pararía hasta que sus palabras llegaran al mundo.

martes, 15 de septiembre de 2015

COMIDA CALIENTE

Te levantas como cada mañana, te duchas, te vistes y te vas al trabajo. Es un día como otro cualquiera, hay tráfico, el cielo está nublado y llegas justito al trabajo.

En un momento tonto, te paras a pensar. ¿Qué tenía hoy de comer? ¿Hago una pizza?

Decides mandarle un mensaje a tu pareja.

- “Cari, ¿qué te apetece comer hoy?”

...no contesta…

Bueno, son solo las 12 de la mañana, ya te contestará.

PITICLIN

PITICLIN

- “Lo que tu quieras” “Te recuerdo que invitastes a mis padres a comer en casa hoy” - ves en el móvil.

¿Y qué haces ahora de comer? Mmmm….puede ser que tengas unas pechugas de pollo y nata...bueno, habrá que apañarse con eso.

Llegas a casa corriendo (es la 13:30), sacas la cebolla, empiezas a cortarla. La pones en la sartén ya caliente al fuego.

- Cari, ¿a qué hora vienen a comer? - le preguntas a tu pareja por teléfono.

- A las dos en punto como dijiste. Me recogen ellos en coche, así que llegaré a las 2. ¿Te apañas bien o quieres que intente llegar antes?

- Si, no te preocupes.

¡Se ha quemado la cebolla! ¡Y no tienes más! Bueno, la nata lo arregla seguro.

Metes todo en la cocinera y lo programas... 25 minutos... en modo guiso. Listo.

…esperas…

....sigues esperando...

Y suena el timbre, están aquí y la cocinera no ha terminado.

Abres la cocinera corriendo...

  ...

....un olor a quemado te abofetea la cara...

martes, 8 de septiembre de 2015

HOY NO

Suena el despertador, te sientas en la cama con los ojos cerrados, al abrirlos ves...que inconscientemente has apagado la alarma varias veces.


Quedan solo 20 minutos para que llegues a coger el tren para ir a la universidad. Si no lo coges, ¡llegarás una hora tarde!. (Todos estos pensamientos pasan por tu cabeza mientras buscas unos pantalones, una camiseta y te pones los zapatos mientras vas andando hacia la puerta.) No te has puesto ni calcetines, pero no da tiempo a dar marcha atrás.


Coges la mochila que tenías preparada de anoche (menos mal que fuiste previsor y lo preparaste todo).


Corres con todas tus fuerzas hacia la estación. Cuando la ves a lo lejos, sacas del bolsillo de la mochila el bono viaje. ¡Menos mal que no tienes que pararte a comprar el billete!


Lo pasas corriendo por el torno y subes al tren, justo cuando entras, las puertas se cierran a tu espalda.


Parada a parada vas recuperando poco a poco el aliento y ves cómo se va bajando gente del tren. Tu parada se acerca. Coges tus cosas y te preparas para bajarte del tren. Te bajas en tu parada.


Que raro, no se ha bajado nadie más en tu parada. Te sientas a esperar en un banco a que llegue el tren que comunica con la universidad.


No llega ninguno.

- Ya debería haber llegado - murmuras mientras miras la hora en el reloj de la estación - ¿habrá huelga y no me he enterado?


Te das cuenta de que han pasado más de 40 minutos y no viene ningún tren.


- Voy a probar a preguntarle a alguien - le escribes un mensaje a un compañero.


Que raro, no contesta, será que está explicando el profesor y por eso no lo ha visto. Si le llamas puede ser que le echen de clase si no ha quitado el sonido.


¡Son casi las 10 y media ya! ¡Te has perdido una clase entera de dos horas!

- ¿Que teníamos a primera? ¿Había que entregar algún trabajo? ¿Qué día es hoy?

Y te das cuenta...


...


...hoy es...domingo.



Resultado de imagen de tren dibujo

jueves, 2 de abril de 2015

UN POCO MÁS

  No sueles ir al cine porque suele ser bastante caro, y entre la entrada, las palomitas y el refresco...te puede salir la broma por 15€ (y eso solo contándote a ti, como vayas con tu pareja o niños...ya se dispará el precio). Y por 15€, si te esperas un poco...te salé hasta más barato comprar la película original y verla en el salón de tu casa en zapatillas y pijama.

  Menos mal que han puesto los chachi-días de cine y la entrada sale por ¡2,90€! y si encima te vas cenado de casa...¡ahorro asegurado! Decides ir, ya que han estrenado la nueva "Esteban S Pil G" y dicen que es impresionante para verla en pantalla grande.

  Con que llegues 1 hora antes al cine, te da tiempo de sobra para comprar la entrada y esperar cómodamente en la sala a que empiece la película. Cenas un bocadillo y te bebes 2 litros de agua antes de salir, así evitamos gastos absurdos. Te quedan 5 minutos para salir de casa, compruebas que llevas dinero, te montas en el coche y tiras para el cine.

  Aush, no hay aparcamiento, das vueltas y vueltas buscando sitio. Parece que todo el mundo ha tenido la fantástica idea de venir hoy al cine. Sigues buscando y finalmente encuentras sitio, aparcas y te vas a comprar las entradas.

  Cuando llegas...¡la cola es monstruosa!, te pones a hacer cola y ves como avanza muy lentamente, miras el reloj preguntándote: ¿me dará tiempo a entrar antes de que empiece?. El tiempo va pasando, quedan 10 minutos para que empiece la película y aún tienes mucha gente por delante en la cola.

  Finalmente compras la entrada, enseñas la entrada al acomodador, te deja pasar, corres hacia la sala y ...la luz está apagada y parece que la película ha empezado. 

  Vas a ciegas buscando tu asiento mientras miras la pantalla para no perderte nada. Pisas a alguien "¡Perdón!", se te engancha el pie en un bolso que había en mitad del pasillo "Lo siento", llegas a tu sitio y ves que hay alguien sentado "Disculpe, este sitio es mio" (le enseñas la entrada). Te dice que no y te señala la fila de detrás, repites el paseo hacia fuera de la fila y de vuelta para entrar por la siguiente, levantas gente para pasar, te tropiezas con un pie,..

  Por fin estás en tu sitio, comienzas a disfrutar de la película. No sabes cuanto tiempo ha pasado, pero el agua comienza a pasar factura. Tienes muchas ganas de hacer pipí, te está empezando a molestas hasta la vejiga de aguantar, pero la película está en la parte más interesante. ¿Cuánto le quedará? Si hubiese una parte más aburrida te podrías ir un momento al baño y volver. Si salieses y terminara al momento, te estarías perdiendo el final de la película. No tiene pinta de final, ¿le quedará mucho?.

  No paras de removerte en el asiento, de hecho estás más pendiente a las ganas de hacer pipí que a la película, pero ¿y si sales y te pierdes la mejor parte?

jueves, 26 de marzo de 2015

¿Y AHORA QUÉ?

 Llega la noche del sábado, te arreglas, coges el móvil y te vas en bus a la plazoleta donde has quedado con todos tus amigos. Al pagar el bus ves que no tienes más dinero, pero bueno, Pepe te debe 10€, así que, no hay problema.

 Te bajas del bus y ves que aún no ha llegado ninguno de tus amigos.

 Siempre igual, llegan cuando les parece, habíais quedado a las 12. Y tu mientras a esperar aburrido hasta que alguno aparezca. Menos mal que han inventado los móviles y el "washa". Te pones a jugar con el móvil para hacer tiempo.

 A las 12:15 mandas un mensaje en el grupo: "¿Qué os queda?

 Ves que pone: ...escribiendo ...escribiendo ...escribiendo ... "Yo no puedo" (Rodri)

 (12:30) A ver si contestan el resto...nada, nadie contesta. 

 Voy a ver si lo han visto los demás...Leído por: Rodri, Luis, Ángel, Fernando, Pepe.

 Pues lo han visto todos hace un rato, ¿por qué no me contestan?

 A las 12:35 mandas otro mensaje al grupo: "Gente, ¿venís o que?"

 No contesta nadie.

 Bueno, voy a llamar a Fernando, que como recoge a Luis antes de venir, estará más pendiente al móvil.

 - Illo, ¿dónde estáis? Que estoy aquí aburrido de esperar y no aparecéis ninguno.

 - Pero si al final hemos quedado en...(clic)

 - ¿Qué pasa? - miras la pantalla del movil, apagado.

 Intentas encenderlo, pero la batería está caput. No tienes dinero para llamar desde una cabina ni para coger el bus...¿y ahora qué?



jueves, 19 de marzo de 2015

¡CRUNCH!

 Estas durmiendo...

 Sigues durmiendo...espera, ¿el despertador ha sonado ya?

 Aggg, ¡las 8:15! ¡pero si no ha sonado! ¡No llego a clase! ¡Tengo que estar a las 8.20 allí! ¡Corre, corre!

 Empiezas a correr acelerado, los primeros pantalones que ves los coges y te los pones, la camiseta que tienes revoleada en la silla también te la pones. 

 Sudadera...sudadera....esta misma, se mata con la camiseta, pero si no te la abres en toda la mañana nadie se dará cuenta. 

 Te pones los calcetines de ayer, coges la mochila, te metes los zapatos de pie corriendo ya hacia la puerta. 

 Al meter el pie en el zapato derecho escuchas "crunch", que raro, será...no sé, no me da tiempo a quitármelo. ¡No llego a clase! 

 Sales corriendo sin peinarte y sin desayunar, mientras corres a clase te peinas como puedes con la mano. 

 - ¡No llego! - Corres como si no hubiese mañana.

 Llegas a las 8:23, te ven la cara de angustia y te deja entrar el portero.

 - ¡Que sea la última vez!

 Ves que no hay nadie en el pasillo, corres a clase, entras sin llamar y te sientas en un rincón tratando de hacer el menor ruido posible. Lo lograste.

 Pasan las horas y finalmente vuelves a casa.

 Te quitas por fin los zapatos y de pronto...

 ¡Sale corriendo una cucaracha del zapato que hizo "crunch"!


jueves, 12 de marzo de 2015

¡NO HE SIDO YO!

  Te despiertas por la mañana temprano, es sábado, hoy no hay colegio. Podrías levantarte y bajar a desayunar en pijama, desayunar viendo los dibujos animados y tirarte en el sofá. 

  ¡Que duro es ser un niño! Todo el día haciendo tarea en clase, luego en casa terminar la que te han mandado (y la que no te ha dado tiempo a terminar), inglés, karate...si es que llega el fin de semana y lo único que quieres es levantarte tarde y descansar.

 - Luis, ¿qué haces todavía en la cama? Levántate y empieza a recoger el cuarto ahora mismo, que hoy tenemos barbacoa en la casa y seguro que tus primos entran en tu cuarto para jugar - dice tu madre.

 - ¿Cómo? ¿Pero todos los primos? Es que Pepe y Sara son unos brutos y me destrozan el cuarto. ¿No puedo cerrar la puerta del cuarto y punto? - preguntas con un poco de pánico.

 - No me discutas, las puertas se dejan abiertas y el cuarto perfecto, que quiero enseñar las cortinas nuevas que te he comprado y no quiero que piensen que somos unos guarros - dice por último tu madre y se marcha.

  Después de la semana que he tenido...y me toca recoger, ofuf, no tengo ganas de que vengan los primos. Bueno, hay que empezar antes de que vuelva mamá enfadada, porque si no, lo que esté por medio lo tira.

  Te pones a recoger toda la mañana sin parar, te suenan las tripas y te das cuenta que ni bajastes a desayunar. Te vas a la cocina a prepararte un bocata.

 - Pero niño, ¿qué haces en pijama y comiendo?. ¡Deja eso y vete ahora mismo a tu cuarto a cambiarte, los titos van a llegar ahora mismo y no son horas de comerse un bocadillo! - te dice tu madre mosqueada.

 - Pero... - respondes.

 - ¡Ni peros ni peras, a cambiarte ahora mismo! - Contesta enfadada.
Corres a cambiarte al cuarto, suena el timbre, te vistes rápido y vas a la puerta. 

  Empieza a llegar familia y más familia...te pones a jugar con tus primos (menos Pepe y Sara, que se han ido a jugar solos, porque son muy pequeños y se aburren con los mayores). Escuchas a tu madre que va a enseñar tu cuarto. Lo has dejado perfecto, así que decides acompañarla a enseñarlo.

  La puerta está cerrada, que raro, cuando se abre....el cuarto está manga por hombro....está peor que esta mañana....

 -¿¡Luis!? - dice mamá muy enfadada.

 - ¡No he sido yo! !Lo dejé bien! ¡Habrán sido alguno de los primos!

 - ¡Castigado! ¡Por mentiroso y por dejar el cuarto sin recoger!

 - Pero...